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Tarragona es legendaria. Esa es la palabra que la define y hace que se asome a las aguas del Mediterráneo, mirando al mar frente a frente junto a sus más de dos mil años de historia. Codiciada por todos, desde romanos a cartagineses pasando por visigodos y musulmanes y embellecida por otros muchos, tantas son las historias que dejaron su huella en ella, que cada una de sus piedras tiene algo que contar.

Y nunca fue tan fácil como ahora descubrirla. Tan solo hemos de dejarnos llevar por My Phone Tour y disfrutar de sus calles de una forma totalmente gratuita, sin esperas ni horarios, tú decides el cómo y el cuándo, el resto déjanoslo a nosotros.

Anfiteatro Romano

Imperial, Gótica y Legendaria

Nació Tarraco en medio de la guerra más famosa que sacudió un día el mundo antiguo, la Segunda guerra púnica. En ella se puso la primera piedra del poder imperial de Roma,que la regiría y embellecería por más de seiscientos años. Pero los imperios no son inmortales y después de la caída de la ciudad eterna otros llegarían a sus playas como los visigodos, continuadores en parte de la cultura occidental después de Roma y los musulmanes. Estos también verían sus dominios menguar, siendo los Francos al mando del legendario rey Carlomagno los siguientes en ansiarla, para, más tarde, hacerse con ella los Condados catalanes y el Reino de Aragón.

Pero no hay mejor forma de descubrir todo lo que nos espera que echándole un vistazo a la ruta por la que les llevaremos a través del corazón de Tarragona.

De ruta Por Tarragona: del Anfiteatro a la Plaza de la Font

Toda su historia y mucho más descubriremos a los pies del mar, en el precioso Balcón del Mediterráneo, dirigiéndonos después hacia nuestra primera parada, el Anfiteatro Romano. ¿Cómo era la vida de los gladiadores?, ¿en qué consistían esas largas jornadas de juegos?, ¿por qué se hicieron tan famosas estas festividades religiosas? Sí, han leído bien. Una parada que nunca puede faltar para el viajero que se acerca a Tarraco.

Pero no solamente eran los gladiadores el espectáculo más famoso del Imperio Romano ya que les ganaban a estos, y por mucho, las carreras de cuadrigas, las cuales conoceremos a través de las ruinas del Circo romano, uno de los mejores conservados de todo occidente y que como una curiosidad para nosotros y un secreto para los caminantes, aun descansa casi intacto bajo la ciudad.

Tarraco fue la capital de una de las provincias hispanas de Roma y toda la península era una joya itálica que siempre trataron de guardar con el mayor celo. En nuestra siguiente parada descubriremos la Torre del Pretorio o de Pilatos y conoceremos, con sus anécdotas incluidas, a uno de los personajes más ilustres e importantes de la humanidad, el todopoderoso y famoso César Augusto, que tuvo la suerte de pisar estas tierras.

Circo Romano

Pero no solo los romanos, sino muchas culturas pusieron su grano de arena para engrandecer a Tarragona, y no menos importante fue la contribución hebrea a su sociedad y su arquitectura. Hoy casi perdido todo el conjunto, dentro de los restos de la Judería nos sumergiremos en las historias antiguas y evocadoras que esta cultura milenaria tiene que contarnos.

Caminaremos después hacia el Foro Provincial de Tarraco, para quedarnos boquiabiertos imaginando lo que fueron sus dimensiones y descubriendo los secretos que de él han sobrevivido, baste decirles aquí que ocupaba lo que diecisiete campos de futbol y era uno de los más grandes y bellos de occidente.

En el Hospital de Santa Tecla y Sant Pau nos adentraremos en la historia medieval de la ciudad, buscándole sus misterios y contando alguna que otra leyenda que hasta al más valiente hará estremecerse, sobretodo si realizan la ruta a la luz de la luna, la historia de la brutal ocupación napoleónica de Tarragona y el fantasma que aún no la ha olvidado.

La modernidad también se cruzará en nuestra ruta al visitar el Seminari de Sant Pau. Del siglo XIX y edificado en un estilo neomedieval que combina excelentemente la tradición con las corrientes arquitectónicas más recientes, y sin olvidarnos, claro está, de el legado romano del terreno ya que sobre él se asentaba uno de los edificios más importantes de la ciudad imperial.

Foro Provincial

Nuestra siguiente parada será el Museo diocesano y su claustro, lugar donde se exponen las joyas de la catedral y hogar también de una de las más celebradas leyendas de Tarragona, la del Entierro del gato por las Ratas… No les desvelamos el final pero no podemos dejar de contarles que el tan astuto gato fue digno de representación dentro de este precioso claustro labrado y esculpido tanto de imágenes bíblicas como de otras que poco o nada tienen que ver con los textos sagrados.

Una vez plantados en la Plaza de la Seu y pudiendo respirar el aire medieval que la envuelve, nos haremos eco de los edificios más característicos y representativos del lugar como son la Casa Balcells y la Catedral; la primera sirvió de hospedaje para los reyes españoles y la segunda es todo un emblema y un icono de la ciudad.

En la Casa Castellarnau respiraremos algún que otro misterio que envuelve a la ciudad. Este palacio, auténtica joya arquitectónica de Tarragona, guarda la memoria de sus propietarios, recordados en toda Cataluña por su oscura y lúgubre fama y sobre todo la historia de su hija Carolina, que, leyenda o verdad, resulta tanto espeluznante como escabrosa.

Viajaremos después hacia la Plaza del Pallol, llamada así en otro tiempo por albergar un depósito cercano de trigo. En ella volveremos a toparnos con el Foro provincial y observaremos uno de sus restos más impresionantes ya que en siglos posteriores el conjunto fue utilizado como fortaleza.

Plaza de la Font

En la bautizada como Vía del Imperio Romano haremos eco de las luchas entre el cartaginés Aníbal Barca y el italiano Escipión el Africano, que dieron como resultado el nacimiento de la ciudad y la construcción de sus sufridas murallas que verían con el paso del tiempo más de un asedio, dando fe de ello tanto sus curiosidades como los diferentes fortines del siglo XVIII que la salpican y la hacen casi inexpugnable.

Y encauzando nuestros pasos hacia el final de la ruta visitaremos el Convento de Sant Francesc, del siglo XV, muchas veces demolido y otras tantas levantado así como la Plaza de la Font. En ella sin quererlo nos encontraremos de nuevo en plena arena del circo Romano y conoceremos a algún renombrado auriga como el famoso Scorpus, leyenda de este brutal deporte, ganador de 2000 carreras y muerto a los veintisiete años en una de ellas.

Así pues, ya ven; es momento de visitar la imponente Tarraco y maravillarse con una ciudad mediterránea como ninguna otra. Llena de curiosidades, de secretos, de edificios emblemáticos y de historia. Y todo explicado de una forma rigurosa y amena, completamente gratis y deseando que disfruten como nosotros al prepararle al detalle toda la ruta.

¡Descarga la ya la app, nos vemos en Tarragona!