El final del camino en Santiago es a menudo el principio de una nueva aventura por las calles de la ciudad de las estrellas. Su mágica estampa dominada por las imponentes torres de su catedral recuerdan al viajero que Compostela es diferente a todo, logrando confundirnos al unir sus calles y mezclar la leyenda con la realidad. Sus iglesias, sus parques, sus palacios, su gastronomía y sus rincones no son sino el comienzo de algo que nos hará enamorarnos para siempre de ella…
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El final del camino, el inicio de una historia
Leyenda y realidad se mezclan en el nacimiento de Compostela. Ya desde remotos tiempos peregrinaron a esta tierra mágica los pueblos celtas europeos en el ritual del equinoccio para ver morir el sol en la cercana Finisterre. Más tarde, al descubrirse cerca de la ciudad los supuestos restos del Apóstol Santiago, la pequeña aldea jamás volvió a ser la misma y se fundó como uno de los enclaves sagrados más importantes de toda la cristiandad. Da fe de ello su catedral y sus iglesias, pero también su universidad y sus palacios, que demuestran el amor por la cultura y el saber.
Comencemos ya a descubrir Santiago de Compostela paso a paso.
De ruta por Santiago: De la Rúa do Franco al Parque Bonaval
Iniciaremos nuestra ruta en la Rúa do Franco, la calle más famosa por derecho de la ciudad, con su aire medieval, casi detenido en el tiempo. Paseando por sus bares y comercios se nos hará la boca agua al contemplar en los escaparates de las tabernas la variada oferta gastronómica que ofrece la ciudad. Pero también tendremos tiempo de relatar alguna que otra leyenda e historia curiosa, como la de la Fuente de la Rúa y la célebre ruta de bares París-Dakar…
Visitaremos entre callejuelas y callejuelas la Facultad de Historia, cerca de la Plaza de los Mazarelos y bajo sus colosales columnas descubriremos la caída en desgracia de una de las ordenes de monjes más importantes de todos los tiempos para continuar más tarde hacia el cercano Mercado de Abastos, en el que tradición, arquitectura y folklore se unen en uno de los puntos más visitados de toda la ciudad.
Saciados los ojos, y quizás el paladar, conoceremos el Convento de Santo Agostino y la Capilla de las Ánimas. Esta última guarda una peculiar historia a sus puertas que nos dejará como los rostros de piedra de los relieves de su frontón.
Un monasterio y otro convento serán nuestras siguientes paradas, descubriendo en ellas dos conocidas leyendas, una referente a San Martiño Pinario y en el Convento de San Francisco de Asís la del célebre carbonero Cotolay, aquel que construyera tan sagrado lugar en unos terrenos por su nombre tan simbólicos como el Val do Inferno o Valle del Infierno.
Nos iremos acercando al corazón del Casco Viejo y visitando la Iglesia de San Fructuoso descubriremos por que los compostelanos la llaman las Cuatro Sotas. Ascenderemos después para dirigirnos a la icónica Plaza del Obradoiro, lugar de descanso para el viajero y el peregrino, conociendo de primera mano los monumentos que la rodean como son la Catedral de Santiago, con su fachada barroca y sus maravillas escondidas como el Pórtico de la Gloria y la tumba del apóstol, el Paxo o Palacio de Raxoy del siglo XVIII, anteriormente calabozo y hoy sede del gobierno de la ciudad, el parador nacional Hostal dos Reis Católicos o el Pazo de Xelmirez, ambos con increíbles historias como los reos que se salvaron de la muerte al cruzar el umbral del primero o la mítica e interesantísima vida de Xelmirez, el constructor del segundo.
Dejando atrás a peregrinos y compostelanos, seguiremos nuestra ruta bordeando la catedral para descubrir sus monumentales accesos como la Fachada de Azabachería y la Puerta Santa, esta última tan simbólica como espectacular, situada en la no menos impresionante Plaza Quintana. Llamada de los Vivos y de los Muertos, no son pocos los mitos y las historias que se filtran entre sus piedras y que nos hablarán de por qué este icónico espacio de Santiago tiene estos dos misteriosos nombres.
En ella también conoceremos al Batallón Literario, que jugó un importante papel durante la guerra de la Independencia contra Napoleón y con las campanadas de la torre del reloj de la Catedral, les contaremos una curiosa leyenda en la que la sombra del diablo planea por la ciudad cuando se oyen trece campanadas en vez de doce.
Seguiremos cerca de la catedral para no perder de vista la Plaza de las Platerías y conocer de nuevo otra de las tantas historias del templo como la leyenda de la Adultera, que esculpida en los muros de su entrada no nos dejará indiferentes.
En la Casa do Dean, desempolvaremos las crónicas antiguas para conocer un suceso histórico en donde reyes, curas y asesinos a través de los siglos nos narrarán paso por paso el truculento acontecimiento que tuvo lugar allá por estas calles, sin lugar a dudas cruel y asombroso, para terminar más adelante nuestra primera parte de la ruta en el precioso claustro de la biblioteca de la universidad, conocido como el Pazo de Fonseca, un maravilloso edificio renacentista.
La siguiente parte de nuestra ruta, perfecta para cuando hayamos disfrutado de un merecido descanso, comenzará en el Parque de la Alameda. Este enorme espacio verde posee una de las mejores vistas de todo el panorama de la ciudad con las torres de la Catedral al fondo, recortadas sobre el horizonte, pero además, el parque es un monumento en sí mismo donde podremos observar desde famosas esculturas como la de Ramón María del Valle Inclán o las de los leones hasta célebres árboles centenarios con alguna que otra historia que contar.
Este paseo es de parque a parque como descubriremos, y en el camino nos toparemos con el Instituto Rosalía de Castro, que aparte de de llevar por nombre a tan ilustre poetisa gallega, fue el sitio de descanso en su periplo por estas tierras del no menos célebre Federico García Lorca.
Más adelante en la Plaza de Abastos conoceremos el Convento neoclásico de las Madres Mercedarias Descalzas, el Arco de Mazarelos, la única puerta de las antiguas murallas que hoy sobrevive y la misteriosa leyenda Juan Tuorum, condenado a muerte injustamente por la belleza de su hija.
Terminaremos nuestros pasos en el Parque Bonaval, un tranquilo emplazamiento donde podremos visitar la tumba de la reina de las letras gallegas, Rosalía de Castro, observar la escultura A Porta de Música del maestro y escultor Chillida, insólita por ser la única de este autor en toda la comunidad y detenernos en su antiguo cementerio también parte de este gran jardín, donde nos quedaremos con otra preciosa estampa de la ciudad.
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