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Eternos personajes literarios, amores imposibles, venganzas sangrientas, arte icónico y cultura, muchísima cultura. La reina del Tormes lo tiene todo y no es de extrañar que una vez que nos atrapa ya la recordemos siempre. Salamanca es sin lugar a dudas universal y ha tenido un peso en la historia de nuestro mundo como pocas ciudades a lo largo de los siglos, es por eso que no nos dejará indiferente al visitarla.

Y además con una ruta para que la disfrutes de todo lo que tiene que ofrecerte la ciudad sin prisa, a tu ritmo y de forma gratuita. Prepárate, porque a continuación haremos un repaso por todo lo que podrás ver.

Plaza Mayor

Hércules la fundó y su universidad la hizo inmortal

Cuenta una leyenda que fue aquel héroe mitológico el que, de paso por estas tierras, puso su primera piedra. Lo que sí es cierto, es que desde él la han habitado culturas tan diversas como los vetones, vacceos o los romanos. Pero será al fundarse su universidad por orden de Alfonso X, el Sabio, el momento en el que la ciudad jugará un papel en hechos tales como el descubrimiento de América por Cristóbal Colón, la primera defensa de los derechos humanos por Francisco de Vitoria o la instauración del calendario Gregoriano que utilizamos hoy entre otras cosas.

No debemos olvidar cuando paseemos por sus calles, que es tierra de cultura y que también lo hicieron personajes tales como Cervantes, Hernán Cortés, Miguel de Unamuno o el mismísimo cartaginés Aníbal Barca en tiempos ancestrales.

De ruta por Salamanca. De la Plaza Mayor al Palacio de la Salina

Tras habernos empapado de su historia, (lo de más arriba era tan solo para abrir boca), comenzaremos nuestro recorrido en uno de los lugares más bonitos de toda España, la Plaza Mayor. Copiada hasta la saciedad por toda la geografía española, la Plaza Dorada, abarrotada por los bustos y efigies de los grandes españoles de la historia nos contará su anécdotas, tradiciones salmantinas y secretos ocultos, desde lúgubres inscripciones a enormes crecidas del Turia hasta los fastuosos banquetes que los recién licenciados estaban obligados a dar en ella.

En nuestro siguiente destino conoceremos a una de las salmantinas míticas, y a las puertas de su casa, la terrible Doña María, apodada la Brava, nos hará sumergirnos en una historia de amor y venganza que ya quisieran para sí muchos escritores, todo ello en los tiempos en que sobre la ciudad se esparcía cruenta la Guerra de los Bandos.

Sin apartarnos aun de aquellas historias truculentas, legendarias y verídicas nos encaminaremos hacia la famosa Casa de las Muertes, que con su aire tenebroso y sus calaveras esculpidas en su fachada nos hablará de los terribles sucesos que tuvieron lugar bajo sus paredes y a sus puertas, y que aun hoy, hacen volar la imaginación de las gentes de Salamanca.

El palacio de Monterrey será nuestra siguiente parada, una espléndida construcción plateresca adornada de relieves en los que podremos contemplar desde leones a faunos pasando por dragones, y que, además de poseer una gran colección de arte, guarda tres de las cinco llaves del sepulcro de la mística Santa Teresa de Jesús.

Casa de las Muertes

El santo Ignacio de Loyola, fundador de la orden de los Jesuitas será nuestro protagonista al visitar Clerecía, o el Real Colegio del Santo Espíritu de la Compañía de Jesús, que así se llama, y al descubrir por qué este monumental y gigante edificio se construyó en Salamanca y no en cualquier otro lugar…

Y fachada con fachada, tendremos el gusto de presentarles y conocer el palacio más famoso de la ciudad, la celebérrima Casa de las Conchas. Trescientas son las que salpican sus muros , pero solo una esconde un gran secreto. Esta leyenda (o no) nos dará pie para contarles la felicísima historia de amor que levantó esta casa tan icónica.

Lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo otorga, así reza el dicho referido a los que se han acercado a estudiar a la Universidad durante todas las épocas. Bajo la increíble fachada de La Universidad de Salamanca, desmenuzaremos su interesante historia y sus secretos, alguno relacionado con un anfibio famoso entre los estudiantes de la universidad o sus chascarrillos y expresiones, que vieron la luz bajo sus puertas y que traspasándolas, ahora comúnmente utilizamos todos, como empollón o gorrilla. Todo esto sin contar la visita al Cielo de Salamanca, alojado en las Escuelas Menores y que es una excepcional obra pictórica que maravilla por su belleza y antigüedad.

Siguiendo por la Calle de los Libreros, antiquísima vía principal que atravesaba la ciudad desde Mérida hasta Astorga y lugar donde se estableció la primera imprenta de la ciudad, será tiempo de recordar a Don Miguel de Unamuno, él que fuera rector de la universidad y que, enamorado de la ciudad, pasará aquí sus últimos años escribiendo sus mejores y más famosas obras. Quizás podamos observar, al pasar por su antiguo balcón una de sus pajaritas saludándonos en la ventana.

Casa de las Conchas

Salamanca es ciudad de Catedrales. Sí, han leído bien, ya que goza del honor de tener dos. La primera y más antigua, contando con nueve siglos de historia es una verdadera joya del románico tardío, con su famosa Torre del Gallo, coronada por una veleta que cuenta más de lo que los vientos nos susurran y la nueva, una gigantesca construcción del siglo XVI, visible desde casi todos los puntos de la ciudad y que también guarda algún que otro secreto como la escultura de… ¿un astronauta?

Será tiempo después de descubrir la Salmantica romana y descifrarla en uno de sus restos más imponentes, el Puente. Tiene el honor de ser el puente romano más antiguo de la península, pero si esto es mucho, poco le parece al ídolo íbero de piedra conocido como el verraco que está situado en una de sus entradas y que quedó inmortalizado en una de las escenas más recordadas del Lazarillo de Tormes, obra cumbre de la picaresca española del siglo XVI.

Todo esto contado y aderezado cómo no, por las más sabrosas anécdotas de la vida Salmantina tal es el caso de la festividad del Lunes de Aguas en el que la historia nos demuestra que los botellones estudiantiles de ahora, bien se quedarían cortos en aquella época.

La literatura nos acompañará un rato más al desembocar nuestros pasos en el romántico Huerto de Calixto y Melibea, célebres personajes de la Celestina de Fernando de Rojas que aparte de contarnos sus felicidades y desdichas nos entregarán una de las vistas más espectaculares de Salamanca.

Huerto Calixto y Melibea

Otra calle, otro misterio. Bien se podría decir esto de la ciudad ya que nuestra siguiente parada será La cueva del Diablo, un enclave donde la realidad se transforma en leyenda y la leyenda con los siglos en realidad. En ella, se cuenta cómo el Marqués de Villena, burló al diablo y qué perdió para siempre.

Dos conventos serán el siguiente destino el de San Esteban y las Dueñas. El primero goza del honor de ser el hogar que retuvo a Colón en su aventura salmantina para conseguir fondos para su viaje y una vez conseguido, desde donde partieron los frailes que fundaron las primeras universidades americanas de la historia y el segundo, el de las Dueñas, una de las mayores joyas de la arquitectura salmantina.

Cerraremos después el capítulo de grandes misterios de Salamanca en la solitaria Torre del Clavero, un impresionante lugar, único vestigio de una gran fortaleza y que nos llevará de nuevo a la guerra de los Bandos, pero esta vez contándonos no una historia de venganza, sino de amor trágico, todo sin pasar por alto los fantasmas que la habitan y la novelesca historia que la hace tan atractiva

Y así, finalmente terminaremos el recorrido de nuestra ruta en el Palacio de la Salina, otra obra cumbre del siglo XVI que nos desvelará, además de asombrarnos con sus impresionantes esculturas, aquellas historias de rivalidades entre grandes damas del renacimiento y qué hizo el dueño del palacio para mofarse de ellas.

Y más, mucho más sin duda encontrarás en nuestra ruta que ponemos como siempre a tu disposición y totalmente gratis en nuestra App para disfrutarla como tú quieras, de forma amena, rigurosa y sin horarios. Siempre es un buen momento para descubrir Salamanca.

Allí te esperamos!