Todos conocemos los sanfermines la carrera por excelencia del mundo, pero bajo las calles de Pamplona, nunca mejor dicho, laten y corren además de toros sensaciones, la de contemplar una de las ciudades más bellas de todo el país, la de saborear con el paladar una comida exquisita y variada y cómo no, la de descubrir una fascinante historia como pocas.
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Una carrera que empezó hace más de 2000 años
Fundada por el célebre enemigo de César, el mítico Pompeyo, la ciudad hunde sus raíces en la antigüedad clásica construyéndose piedra a piedra hasta nuestros días por los vascos, romanos visigodos y otros pueblos que dejaron en ella su esencia para convertirse más tarde en capital del reino de Pamplona y de Navarra.
Al pasar a formar parte de la Corona de Castilla, crecerá con ella y se verá envuelta en sus conflictos, ya que sería asolada un par de veces como en la Guerra de la Independencia en la que perdió su mítica fortaleza.
Pero el espíritu de la gente de Pamplona siempre supo remontar y resurgir con más fuerza aun si cabe. Para descubrirlo conozcamos más de cerca la ciudad, la ruta y lo que encontrarás en ambas en este breve repaso sobre sus monumentos y calles más emblemáticas.
Conociendo Pamplona: De la Plaza del Castillo al Paseo de Sarasate
Comenzamos nuestra particular visita en la Plaza del Castillo, o sala de estar de la ciudad, como así la llaman, y que además de ser encuentro de pamploneses y pamplonesas también es de culturas pues existen numerosas ruinas que aun laten bajo sus pies
Nuestros pasos nos llevarán después hasta la famosa Calle Estafeta, que además de ser una parte del trazado en donde los toros corren como diablos en su fiesta grande, fue conocida en otros tiempos por un nombre más liviano y de andar por casa…
Siguiendo las pisadas de los bravos animales llegaremos hasta la Plaza de toros, otro emblema de la ciudad en la que les relataremos más de una de sus curiosidades como aquel incendio que la asoló y por qué este coso taurino debería haberse levantado en un principio en la lejana Sevilla. La plaza de Santa María nos esperará para conocer el Palacio Episcopal y el Baluarte de Labrit, con más de quinientos años de historia a sus espaldas y aún más siglos de recuerdos pues bajo este se encontraba la primitiva judería de Pamplona y cómo no, alguna que otra edificación romana.
En la Ronda del obispo Barbazán nos adentraremos en uno de los caminos con más encanto de la ciudad aprovechando para conocer al ilustre personaje que le da el nombre, y mientras descubrimos a tal insigne religioso y bajo la alargada sombra de la catedral nos dirigiremos a otro baluarte, en este caso el de Redín que nos evocará la historia de una de sus torres más famosas llamada del Tesorero. También será el momento de conocer uno de los enclaves gastronómicos míticos, el antiguo Mesón del Caballo Blanco, levantado sobre una antigua
Nuestra siguiente parada será la Plaza de San José y la Catedral. A los pies de este complejo religioso, situado en la parte más alta de la Navarrería y que posee el honor de ser el más completo de toda España conoceremos piedra por piedra como se levantó el templo a medida que se iba forjando la ciudad que hoy conocemos, escuchando quizás a su más ilustre moradora y el porqué de su fama; la Campana María.
Uno de las cosas que siempre nos preguntamos al llegar a una nueva ciudad y mientras nos perdemos entre sus calles es qué personajes ilustres la visitaron antes que nosotros y qué historias esconde tras ella. El lugar perfecto para ello será nuestra siguiente parada, el Palacio de los Reyes de Navarra, un enclave que brilla por su historia ya que aquí, aparte de ser residencia de los antiguos monarcas del reino también fue lugar de descanso y paso de personajes tan importantes como el emperador Carlos V y su hijo el dueño del mundo Felipe II.
Después de conocer el palacio, volveremos a encaminarnos hacia una calle clave del recorrido de los sanfermines, la calle o de cuesta Santo Domingo, pero en este caso no nos acompañarán los toros, sino que guiará nuestros pasos uno de los personajes más increíbles de Pamplona, Miguel Iriarte más conocido como Malacría. Su mítica historia es ya parte de la ciudad y es tan increíble que no nos dejará indiferentes.
Mientras nos perdemos por su largo trazado visitaremos tres imponentes palacios, el de Ezpeleta, el Palacio del Condestable o el de los Redín y Cruzát conociendo más acerca de sus ilustres moradores y desembocando después en la Plaza de las Recoletas para toparnos con otro precioso jardín, en este caso el de la Taconera, asistiendo también a uno de los episodios más tristes que tuvieron lugar en la ciudad durante la Guerra de la Independencia.
Nuestro siguiente destino será la Iglesia de San Lorenzo del siglo XIII y la Plaza de San Francisco, la más grande de toda la ciudad y que cobija al Edificio de la Agrícola uno de los más bellos de toda Pamplona.
Acercándonos al final y tras visitar la Iglesia de San Nicolás concluiremos nuestra ruta en el Paseo de Sarasate, bautizado así en honor del universal violinista y salpicado de monumentos como la Casa de la Misericordia, el Palacio de la Diputación o el gran Monumento a los Fueros de Navarra.
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