Un nuevo golpe ha tenido lugar, a la vista de todos y de nuevo sin que nadie lo detuviera. El robo ha tenido lugar en el Museo de Armería y el botín ha sido una de las piezas más importantes de la Guerra de la Independencia. Cómo no, en su lugar el Ladrón de la Baraja ha dejado el Rey de Espadas y también como de costumbre, un pequeño sobre rojo había sido deslizado bajo nuestra puerta, al abrirlo, la nota de su interior decía sí:
El sable del general Álava ya está en mi poder y dentro de poco no podréis impedir que toda la colección sea mía, sinceramente vuestro: el Ladrón de la baraja.
Nuestro querido amigo de guante blanco es un amante de la historia militar, según parece. Anoche conseguí hablar por fin con nuestro soplón que resultó ser un ladronzuelo de poca monta. Todo pasó de madrugada mientras un viento gélido azotaba mis huesos. Tuve la suerte de intercambiar algo de información con él hasta que las sirenas azules de la policía lo convirtieron de repente en una sombra más de la noche.
Me dijo que para tratar con maleantes y gente de mal vivir el ladrón utilizaba un alias, y que estaba relacionado con su gran afición. Antes de desaparecer pronunció una extraña palabra que tal vez no logré entender bien: Hilfe
Mis averiguaciones me han conducido hasta este punto de Vitoria, ya que quizás lo que buscamos pueda encontrarse cerca. Si consiguiéramos descubrirlo, quizás arrojaríamos algo de luz al caso.
Clave de la prueba 2
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*La clave debe ir escrita toda en minúsculas y sin acento