Cuando Ernesto y su acompañante se fueron, dijeron que se habían ganado uno de los reconfortantes más famosos de Pamplona, la chica le dijo que iba a enseñarles un lugar histórico, que lleva alegrando los sanfermines más de 150 años, no podía irse de Pamplona sin probarlo. Y es que después de un buen madrugón, lo que mejor sienta es algo calentito.
¿Dónde han podido ir?