Estábamos haciendo tiempo en “la tómbola” que dedica los beneficios al apoyo de los ancianos acogidos en la casa de Misericordia. Cansados de dar vueltas por el paseo sin encontrar nada, compramos boletos solidarios, tentando a la suerte. Entonces volví a escuchar música, esta vez de gaitas y redobles de tambores, de lejos pude apreciar cómo 8 parejas – bastante altas -y de diferentes nacionalidades se acercaban bailando al compás, dando giros y saltos.
De repente, recibí un fuerte golpe en la espalda, y cuál fue mi sorpresa cuando me giré buscando al culpable, encontrando a un señor con sombrero, una gran cabeza y bastante feo, por qué mentir… Tenía la cara como avinagrada. Me había pegado con un trozo de espuma atado a un palo…
Entonces me dijo: ¿No serás John? Te está buscando tu amigo Ernest. Si quieres saber dónde está, habla con mi compañero, es fácil de reconocer, lleva sombrero, bigote y tiene el pelo blanco.