La amable familia churrera de La Mañueta, les recomendó ver la procesión de San Fermin, según ellos un evento muy emocionante seas o no religioso. Llegamos justo en el momento de la salida del Santo, fue entonces cuando el silencio se rompió con aplausos. Había tanta gente que no pudimos ver a Ernest.
Preguntamos a Javier, al párroco de San Lorenzo, si había visto a alguna persona que encajara con la descripción de Ernest. Y curiosamente, había hablado con él minutos antes, interesado por la procesión. Javier le vio tan intrigado, que decidió llamar a un amigo suyo para que Ernest pudiera ver uno de los momentos más emotivos de la procesión desde un balcón, la jota al glorioso San Fermín, cerca de esta plaza.
Como tenía mucha prisa, y no podía pararse a darnos muchas explicaciones, nos enseñó una foto con la que encontraríamos el portal donde va a ver la jota Ernest.