La comisaría se encuentra en la plaza Santa Ana, en pleno barrio de las letras. Al entrar preguntamos por el despacho de Fernando, habíamos quedado con él para enseñarle la información del móvil, que llevábamos en un USB. Para nuestra sorpresa, un policía nos dijo que Fernando acababa de salir por una urgencia, pero nos había dado permiso para entrar a su despacho y hacerle una copia de la información del USB en el ordenador.
Lo que no teníamos era la contraseña del ordenador, el policía tampoco la sabía. Pero nos dijo que abriéramos el cajón de la mesilla, porque ahí solía tener la contraseña por si se le olvidaba.
En su fondo de escritorio estaba el siguiente poema:
Oye, hijo mío, el silencio.
Es un silencio ondulado,
un silencio,
donde resbalan valles y ecos
y que inclina las frentes
hacia el suelo.
Federico García Lorca
Lo malo es que la contraseña estaba codificada en un papel, debemos descodificarla:
4-6 2-2 5-1 7-10 3-2 9-3 6-11 8-1 2-1
Para ayudarnos, nos dijo que debíamos mirar con vista del pájaro, observar desde el silencio y recordar el barrio que estamos. Y había algunos ejemplos, descubrimos que cada coordenada de 2 números es una letra:
1-1=G
4-2=O
_ _ _ _ _ _ _ _ _
*La clave debe ir escrita toda en minúsculas y sin acento