Al llegar al aeropuerto, un conductor estaba esperándonos con un cartel “La brújula de Fawcett”, nos dijo que le enviaba la policía y nos llevaría al hotel. Pero, al subirnos al coche, hubo un cambio de planes, y no tuvimos tiempo de pasar por el hotel, Fernando, el comisario de la policía quería vernos cuanto antes, en la plaza mayor.

Al llegar, Fernando no perdió el tiempo con formalismos, nos dio el móvil que encontraron en el salón del trono y nos explicó la situación:

“Tras repasar todo el Palacio, no encontramos ninguna pista de quién es esa misteriosa sombra, ni que intereses tiene. Lo único que encontramos fue este teléfono móvil, pero para acceder a los archivos necesitamos una contraseña. En el móvil hay una nota con un texto y unos números que hemos descubierto que son unas coordenadas. Más concretamente las de esta plaza, pero tras muchos intentos, no hemos conseguido descifrar el código para acceder a los archivos del móvil. Es la única información que tenemos por ahora, y todo pasa por descifrarlo, a ver si vosotros podéis sacar algo en claro.”

Dicho esto, recibió una llamada de la comisaría, se despidió y se fue corriendo, dejándonos el teléfono y la nota. El teléfono pedía una contraseña de 4 dígitos, que suponemos que es un código numérico, y la nota decía lo siguiente:

“Los españoles se han creído siempre superiores a los demás, actitud que han mantenido durante toda su triste historia. Sobre todo, el rey Carlos III, cuyo pasado no hemos olvidado. Ya es hora de que se haga justicia y recuperemos lo que nos pertenece. Recuerda:

El rey creía que nadie estaba a su nivel, Estaba por encima de todas las personas, daba igual su oficio: Ganaderos, labradores, cuchilleros, artesanos…ni siquiera los santos como san miguel, estaban a su altura. Es por eso que para recordar la contraseña debes contar los niveles que separan San Miguel del rey.