Como ahora sabemos, el veneno necesitaba ingredientes naturales, pero no todos se encontraban en el bosque, puesto que era necesaria una extraña planta, de la que quedan pocos ejemplares en esta zona, y uno de ellos se encontraba en el museo de Logroño. Me propuse investigar cómo consiguió hacerse con él y tuve acceso a las cámaras de seguridad del museo donde se custodiaba para descubrirlo. El desconcierto fue total cuando, desde la puerta hasta la sala donde La planta se encontraba, nuestro criminal se iba deslizando tranquilamente sin prisa y casi pasando por encima de los vigilantes de seguridad que al verlo, se quedaban como si de brujería se tratase, casi de piedra.
Al entrevistarme con ellos, he podido descubrir que no recuerdan absolutamente nada extraño de aquél día ¡y son 4! El envenenador podría haber sobornado a uno, pero es improbable que haya podido hacerlo con todos. Nuestro delincuente debió usar otra técnica, casi mágica, diría yo, para haberlo robado sin complicaciones.
Semanas antes, fue visto paseando por la casa de las ciencias, quizás aquí encontremos que utilizó superar a los guardias. Indaguemos a ver que podemos encontrar.
Clave de la prueba
_____ _________
*La clave debe ir escrita toda en minúsculas y sin acento