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5 cosas que no sabías de Peñíscola

Bañada por el mar Mediterráneo, Peñíscola es uno de los destinos turísticos españoles más destacados y concurridos. Pero su buen clima y sus playas no son precisamente lo que buscaban los íberos, fenicios y romanos cuando eligieron asentarse en estas tierras. Son muchas las historias y curiosidades que Peñíscola ha vivido desde aquella época hasta nuestros días. Hoy vamos a conocer 5 de estas curiosidades que posiblemente no sabías, si quieres descubrir el resto, no tienes mas que descargar la app My Phone Tour y realizar la Ruta Monumental de Peñíscola.

Las coloridas casas en Peñíscola

La frase Mantenerse en sus trece esta muy relacionada con la ciudad

El papa Benedicto XIII, se convirtió en el siglo XIV en Papa. Pero no Papa de Roma como es habitual, sino Papa de Avignon, ya que durante un periodo de tiempo la Iglesia trasladó su sede pontificia a esta ciudad del sur de Francia, debido a las disputas personales entre los obispos franceses y romanos, representantes de dos reinos con intereses políticos enfrentados.

El caso es que allí sería nombrado el Papa Luna. No obstante, cuando Roma volvió a reivindicarse como el sitio más importante de la Cristiandad y donde debía elegirse un nuevo Papa, nuestro personaje se negó a renunciar a su cargo. Se defendió con vehemencia y protagonizó lo que se ha llamado el Cisma de Occidente, un momento en el que había dos Sumos Pontífices al mismo tiempo. Uno en Roma y otro en Avignon.

El Papa Luna fue declarado hereje por lo que se vio obligado a huir de la ciudad francesa. De esta manera llegó en 1411 al castillo de Peñíscola, donde residiría hasta el final de sus días en 1423. Un largo periodo en el que jamás renunció a su papado, de ahí el famoso dicho de “mantenerse en sus trece”, el Papa Luna, tenaz y testarudo, siempre dijo que el Papa legítimo era él, Benedicto XIII.

Benedicto XIII, conocido como el «Papa Luna»

Un Pasadizo subterráneo y un códice escondido

Volvemos a encontrarnos con el Papa Luna, pero esta vez para hablar de una leyenda relacionada con un pasadizo secreto y un valioso códice.

Si os habéis asomado al bufador, una enorme brecha abierta en las murallas de la villa y la roca sobre la que se asienta, en la que se puede llegar a escuchar el mar como si de una caracola se tratase. Esto prueba que la roca sobre la que se asienta la ciudad tiene diversas cuevas en su interior.

Cuenta la leyenda, que había un pasadizo subterráneo que llevaba desde el castillo hasta el puerto, y que no solo servía como atajo, sino que el Papa Luna escondió en él uno de los libros más codiciados y misteriosos de catolicismo: El códice imperial

Fue escrito en el siglo IV por el emperador Constantino, el mismo que legalizó el Cristianismo en el Imperio Romano, y que también redactó este libro, que ocultaba un secreto capaz de hacer perder la fe a cualquier creyente. Un libro que iba pasando de Papa a Papa para que lo custodiaran. Pero el último que lo pudo leer fue Benedicto XIII ya que se lo llevó del Castillo en Avignon a Peñíscola. Y aquí se le perdió la vista al misterioso libro, que quizás permanezca guardado en el mismo escondrijo donde lo ocultó el Papa Luna…

El bufador

Un homenaje al mar

Casi todas las casas es el casco antiguo de Peñíscola tienen fachadas encaladas. El motivo es que su color blanco es capaz de reflejar los rayos de sol, lo cual evita que el calor se acumule en sus muros, de manera que son viviendas mucho más frescas de lo que pueda parecer en los días más calurosos. Además de que la cal tiene otras propiedades para unir materiales o evitar parásitos, sin olvidar su propio encanto estético.

Sin embargo, hay una casa que no es blanca y destaca por entre de las demás. Es la famosa Casa de las Conchas, una denominación lógica cuando nos fijamos en su fachada y vemos que toda ella está repleta de estos elementos marinos. No podemos decir que sea un monumento, pero sí es una construcción que plasma la historia más reciente de la localidad.

La familia propietaria de esta casa fueron de los primeros que trabajaron como guías turísticos en los años 60, momento en el que se inició el boom de turismo. Entonces comenzaron a venir miles de personas atraídas por el buen clima y las espectaculares playas de la localidad. Así que los propietarios de esta casa decidieron crear esta peculiar fachada para que fuera su homenaje al mar.

La casa de las conchas

Una ciudad de película

Peñíscola tiene un encanto especial, que no solo enamora al turista, también a los cineastas, que han convertido a esta ciudad en un gran plató dónde se han rodado películas tanto nacionales e internacionales.

Ya en el año 1913 se rodó aquí una película muda titulada Ana Cadova. Una cinta de espías que lamentablemente no podremos ver, ya que no existe copia, porque el celuloide de aquellos años no ha superado el paso del tiempo.

Luis García Berlanga, uno de los directores españoles más destacados de todos los tiempos, grabó a los pies del faro varias de las escenas más importantes de su película Calabuch, filmada en 1956. Por cierto, en esta cinta además de contarnos como un científico americano se refugia en un pequeño pueblo de la costa mediterránea para evadirse de sus experimentos militares, Berlanga aprovecha para rendir un sentido homenaje a la tradición pirotécnica de las tierras valencianas.

En 1961, se estrenó la película El Cid protagonizada por Charlton Heston y Sofia Loren, dos estrellas que durante semanas estuvieron grabando escenas en el castillo, las murallas, las puertas o las famosas batallas filmadas en la Playa Norte.

Puede que estas películas no os suenen, pero ¿si hablamos de “Juego de Tronos”? La famosa serie internacional de fama mundial, eligió Peñíscola para ubicar su ciudad imaginaria de Meereen. Hubo varias localizaciones para esa serie, incluido el Portal Fosc o los Jardines de Artillería anexos al Castillo, pero sin duda la plaza de Santa María fue uno de los platós estrellas para esos capítulos de la temporada sexta del serial.

Además, a diferencia de otros lugares en los que se filmó, el espacio de la puerta y su entorno son plenamente identificables al verlos en la pantalla, aunque hubo un proceso de atrezzo durante el rodaje y de cierta digitalización en la fase de postproducción, la verdad es que Les Caseres se muestra en toda su esencia.

Película El cid (1961)

Un artista polifacético

A la entrada del Castillo, podemos ver una escultura del Papa Luna, una pesada figura de bronce de 700 kilos sobre la que les vamos a hacer una pregunta. ¿Saben quién es su autor? Un artista llamado Sergio Blanco. Quizás no les suene, pero tal vez le pongan rostro si les decimos que cantó en el grupo Mocedades y fue la mitad del dúo Sergio y Estíbaliz.

Sergio Blanco, nació en Bilbao y junto a su mujer Estíbaliz Uranga formaron parte del grupo mocedades y más tarde, el duo musical Sergio y Estíbaliz, que alcanzó la fama en los años 70, llegando a participar en Eurovisión en 1975. Además de cultivar éxitos en el mundo de la canción, Sergio se dedicó durante 25 años a esculpir bronce, convirtiéndose en uno de los mejores escultores figurativos, muy centrado en trabajos de temática histórica, como la escultura que podemos ver en Peñíscola.

Estatua del Papa Luna en el castillo

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